miércoles, 20 de mayo de 2009

"LAS VICTIMAS DEBEN PELEAR SOBRE TODO CON LA INDIFERENCIA"


La entrevista fue en Radio Continental. Víctor Hugo Morales, nació en Cardona, Uruguay. Pero es Ciudadano de Buenos Aires. Es sinónimo de rebeldía contra el poder del fútbol. Y no ha sido indiferente a nuestra lucha contra la violencia en el fútbol.

Un grupo de madres que pasan de ser amas de casa a constituir un grupo que lucha contra la violencia en el fútbol….

Yo tengo una gran admiración por la gente que desde el dolor constituye algo positivo para los demás. Me parece extraordinariamente generoso, nada devuelve lo que ellas han perdido y en realidad salen a cuidar a los hijos de los demás con su mensaje y ahí hay una generosidad que uno no puede medir en palabras. Así naturalmente esto lo vivo con mucho respeto y con la vieja indignación y que ahí cosas que son un accidente, ahí hechos que son desgraciados, pero ahí otros que son provocados por las circunstancias y sin entrar a diferenciar en cada caso, muchísimas de las muertes que el fútbol ha tenido pudieron haberse evitado, sino se hubiese registrado tanta complicidad de los dirigentes que están un poco más impotentes, pero también de quienes están por afuera de los clubes y no tienen que padecer lo que significa convivir con los violentos y estoy hablando de la AFA que nunca ha hecho los controles debidos, nunca se ha preocupado como correspondía por el tema de la violencia. Las cambiantes maneras de resolver los pleitos que se presentaban en el fútbol, el desapego a las reglas y a las normas, que ha sido una manera de conducirse de la AFA a cargo de Julio Grondona, todo esto en algún lugar, aunque no sea cada uno de ellos el que haya ido con el puñal o con el revolver asesino, ha tenido algo que ver.
Ha empujado, ha permitido, ha consentido que esto sucediera.

Contra quienes deben pelear las victimas?
Las victimas deben pelear sobre todo con la indiferencia, que es el más poderoso de los antídotos que nos damos a nosotros mismo en muchos órdenes de la vida. Porque son casos que el tiempo se devoro, circunstancias que la gente no recuerda acabadamente, yo mismo tendría dificultades para ser preciso con lo que ellas tienen seguramente registrado minuto por minuto de las vidas de los hijos que se apagaron y en consecuencia esa indiferencia general permite que los dirigentes y los que tendrían que hacer controlar todo, también se aflojen, ya ante cada muerte reaccionan presionados por la opinión pública, pero eso se diluye entre otras noticias, otros padecimientos de la sociedad, las formas de violencia ajenas al fútbol, pero que se parecen a las del fútbol, que son las que más cotidianamente la gente sufre, esa sensación injusta de que la violencia del fútbol la padece el que va al fútbol, en cambio la violencia general de la sociedad la puede padecer cualquier persona no habiendo hecho nada y que parece ser le da una categoría inferior a la victima de la violencia en el fútbol. Todo esto es aprovechado para que haya una indiferencia manifiesta al cabo de poco tiempo, o sea que la lucha renovarla, llevarla adelante, buscar gente que escuche es una situación muy difícil. Los propios medios de comunicación, estamos sensibles cada vez que alguien nos golpea la puerta, por lo menos en nuestro equipo y a ustedes les consta, pero cuantas veces ustedes pueden tener la energía de golpear la puerta, cuantas veces se produce un elemento que sea una novedad, que es de lo que vive el periodismo, cuantas veces se puede reiterar el mismo comentario, uno mismo se da cuenta de que la repetición de palabras, entonces que es lo que estamos esperando, otra muerte, para que con la nueva muerte reaparezcan todas las muertes, es una perversidad sin limites, estamos en un circulo vicioso por el cual nada se puede hacer para evitar las muertes futuras, por la indiferencia que hay con las muertes anteriores. Y las muertes futuras solo sirven para convertirse en una muerte anterior a los cuatro días. Pero hay indiferencia, hay algo en el periodismo que si no vende, si no es inmediata la respuesta, de la opinión pública, no le seduce. Es muy difícil hacer algo porque si, por conciencia, por convicción, así hasta uno pierda solo un oyente. Porque el oyente que escucha fútbol esta esperando que le diga que Palermo es un fenómeno o que Gallardo metió un gol bárbaro y si uno se distrae entre comillas, lo de la violencia, como no paso nada esta vez, no camina entonces tristemente lo que se espera siempre es la siguiente ocasión en que la violencia reaparezca cobrándose una vida, una pierna, un ojo, algo que otra vez nos lleva a la misma cantinela que a mi me da vergüenza cuando participo de eso, por eso con Matías Canillan que es un chico muy valioso que tenemos en nuestro equipo, muy comprometido, muy preocupado por estos temas, líder entre nosotros, porque es un periodista muy sensible, porque es otro tipo de periodista, lo que hacemos es mantenernos en estado de conciencia y de servicio.


Se cobijan en el futbol, barrabravas famosos, dirigentes ricos, clubes pobres….

Yo estimo que la violencia primera de todas, no es la del que la practica en la cancha, hay otro tipo de violencia, el fútbol, todo el mundo sabe, es una gran estafa de unos pocos incluidos medios de comunicación. El fútbol no es una pertenencia para la gente, el club esta en manos de un poder que los supera totalmente, mafioso. Y cuando uno no quiere algo como lo propio, cuando uno se siente afuera destruye, porque cuando hay una manifestación afuera, la gente destruye los teléfonos, porque en algún lugar esa gente esta tan agredida que siente que esos bienes que también son para ellos no le pertenecen. Transpolando al fútbol, los hinchas entienden, que todo ese mejunje, ese enjuague, ese negocio de millones, en algún lugar lo dejan afuera.
A un barrabrava, uno le da buena contención social, responsabilidad social como a cualquier persona que uno le pueda ofrecer una actividad en la cual siente que crece y que algo le pertenece, estoy seguro que su idea y comportamiento mejora. Siendo muy joven fui instructor de derecho en una escuela técnica en Uruguay, tenía algunos alumnos díscolos, intuitivamente porque no estaba muy lejos en edad de ellos, traté de sumarlos al esfuerzo positivo y se convirtieron en gran ayuda. También es cierto que cuando transmitía la B, tome contactos con barras de Racing, que eran de la segunda línea, esos que todavía están en posibilidad de traerlos hacia uno, yo hice el intento de charlar con ellos, pero estaban demasiados poseídos, por la violencia que practicaban, segundo por los dirigentes de los clubes y tercero por los políticos. Se convierte en un modo de vida la barra para ellos. Un modo de vida que además se compadece con el modo de vida que ellos eligen para vivir. De ocio, de no trabajar, de ganar dinero de arriba, de vivir el machismo, que es otro de los daños que tenemos. Es un cóctel impresionante.

El único alivio, dijo Victor Hugo- a veces es que el tiempo pase, pero para una madre que perdió su hijo, ni el tiempo pasando es un alivio.